Hay que proteger los edificios del frío en invierno, pero también del calor en verano

Por fin ha llegado el buen tiempo. Y, aunque todos conocemos la importancia de un buen aislamiento térmico cuando pensamos en el frío del invierno, es igual de necesario ante el calor que ya se aproxima del verano. Sin embargo, las altas temperaturas no ponen a prueba a los sistemas de poliextireno extruido (XPS), que pueden reducir hasta un 65% el consumo energético de los edificios, si se instalan en cubiertas y fachadas.

Y es que este material reúne una serie de características que lo diferencian de los que se han venido utilizando tradicionalmente, como las lanas minerales o el poliestireno expandido (EPS), y que potencian ese efecto aislante, sobre todo en los Sistemas de Aislamiento Térmico por el Exterior (SATE).

Además de ser un producto 100% fabricado en España, posee mayor resistencia térmica que el EPS y la lana de roca. Es decir, para alcanzar un grado de aislamiento determinado será necesario un menor espesor, menor cantidad de material. Igualmente, no absorbe agua, tiene una estructura de célula cerrada que permite a su vez su “transpirabilidad”, debido a su resistencia a la difusión del vapor de agua suficientemente adecuada para no provocar condensaciones intersticiales. Y también es una buena opción cuando se necesita la máxima resistencia a la compresión, dado que su deformación a largo plazo es prácticamente inapreciable.

Posee diferentes aplicaciones y puede ser utilizado en diferentes partes del edificio como en cubiertas, fachadas, suelos o estructuras enterradas como muros, soleras o losas de cimentación. Asimismo, la instalación del XPS es fácil y de rápida ejecución, no requiere especiales medidas de protección para su manejo, las planchas son ligeras, fáciles de manipular, y presentan menos juntas que el EPS por su tamaño.

Estas prestaciones están avaladas por el Marcado CE de Conformidad Europea, con las marcas de calidad voluntarias de AENOR (en España) y de ACERMI (en Francia) y con la Declaración Ambiental de Producto (DAP) verificada por auditores externos, lo que permite el ecoetiquetado del producto y su incorporación a proyectos de edificios sostenibles como Verde, LEED o BREEAM.

Y, aunque en un primer momento este tipo de mejoras puedan parecer costosas, es conveniente recordar que, según estudios de AIPEX, la Asociación Ibérica de Poliestireno Extruido, la rehabilitación de los hogares merece la pena, ya que por cada euro invertido en aislamiento térmico se produce un retorno medio de siete euros, lo que supone una amortización de la inversión en los cinco años siguientes, en un contexto donde escala el precio de la energía y España paga ya la factura de la luz más cara de Europa

El aislamiento térmico es, pues, un buen aliado tanto si los hogares se convierten en un horno o si la factura eléctrica se dispara en verano con la subida de las temperaturas. No solo el aire acondicionado vale, cuando por cada grado que se mueve el termostato, la factura eléctrica se incrementa un 7%, según datos de Danosa. Por eso, en casa la temperatura siempre debe rondar los 20º/21º en invierno y los 26/27º en verano y si no se consigue de forma natural –sin climatización extra-, habrá que poner solución.

Carlos Castro, responsable técnico de aislamiento térmico de Danosa

Fuente: https://www.alimarket.es/construccion/noticia/270654/hay-que-proteger-los-edificios-del-frio-en-invierno–pero-tambien-del-calor-en-verano

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